Autor: jorgesihuaymaraví.
Como hemos podido experimentar, hasta este momento, se ha entendido que la creación en arquitectura, esta ligada íntimamente a la composición de formas y dentro de estas: Composición de formas vacías que son los espacios y composición de formas sólidas, compuestas principalmente por las envolventes de los vacíos o espacios y por los elementos constructivos y/o estructurales.
Estas variables usadas en esta primera etapa del aprendizaje de la configuración y estructuración arquitectónica, nos han servido para proponer formas espaciales y relacionarlas entre si, buscando entre ellas “unidad”, de tal manera que esta cualidad produzca el efecto de estimular positiva y plásticamente la percepción visual del usuario y observador. Todas estas organizaciones producidas en el taller, cuentan con propuestas de sus sistemas estructurales que les proporcionan estabilidad y seguridad, toda vez que los elementos estructurales los hemos ubicado en tramas geométricas, corroboran a las definiciones de los espacios ordenadamente y conforman las formas sólidas constituidas como envolventes virtuales.
Hasta aquí, bien. Pero todas estas composiciones formales, requieren contar entre ellas con un “sistema de circulación”, que permita recorrerlas, porque sin el desplazamiento no se podrían percibir en su totalidad sus propiedades visuales y sobre todo no se apreciaría la relación armoniosa buscada entre sus componentes, vacíos esencialmente.
¿Por qué sistema?:
Porque, requiere orden y racionalidad.
El orden demanda, una secuencia y continuidad cíclica, conformadas desde el ingreso o ingresos hasta el último espacio propuesto en el conjunto, que garanticen su admisión, recorrido y salida de la organización espacial, consolidadas por una jerarquía de ubicación y presentación, definidas por el uso y su connotación perceptiva y por último, con adecuación estructural, sostenidas por elementos que conforman el sistema estructural total principal (esqueleto), teniendo un lugar o lugares específicos dentro de él.
La racionalidad está constituida por las capacidades para el flujo que deban contener cada parte del sistema circulatorio, sin ser mayor a las capacidades de los espacios útiles; de su gradualidad acumulativa y orgánica y de su legibilidad, que oriente al usuario y observador con una fácil lectura de su desarrollo.
Entonces, debemos sintetizar, que estos “sistemas de circulación” tienen sus lugares de ocupación en la trama general de la composición formal arquitectónica, constituyéndose en un todo y parte a la vez del conjunto general; por lo tanto al ocupar lugares, conforman espacios, que mediante sus envolturas definirán volúmenes, que pueden estar mimetizados o expresar su rol francamente.
Finalmente podemos decir, que la presencia espacial y/o sólida de las circulaciones en la composición formal, dependerá de las decisiones que tome el diseñador, en su búsqueda de “unidad de conjunto”.
En la tarea de usar las circulaciones en la composición formal en arquitectura, es imprescindible, identificar los tipos y modos de circulaciones convencionales existentes, que podemos emplear en nuestras composiciones, bases, que nos servirán, para intentar crear otros, en función al avance de la tecnología constructiva y principalmente en base a nuestra creatividad de hacerlas mas racionales y funcionales.
Pueden tener una breve referencia de ellas en los siguientes vínculos, que les permitirán posteriormente, indagar mayor información sobre ellas en la bibliografía existente sobre el tema o a través de las TIC (tecnologías de información y comunicación):
Como hemos podido experimentar, hasta este momento, se ha entendido que la creación en arquitectura, esta ligada íntimamente a la composición de formas y dentro de estas: Composición de formas vacías que son los espacios y composición de formas sólidas, compuestas principalmente por las envolventes de los vacíos o espacios y por los elementos constructivos y/o estructurales.
Estas variables usadas en esta primera etapa del aprendizaje de la configuración y estructuración arquitectónica, nos han servido para proponer formas espaciales y relacionarlas entre si, buscando entre ellas “unidad”, de tal manera que esta cualidad produzca el efecto de estimular positiva y plásticamente la percepción visual del usuario y observador. Todas estas organizaciones producidas en el taller, cuentan con propuestas de sus sistemas estructurales que les proporcionan estabilidad y seguridad, toda vez que los elementos estructurales los hemos ubicado en tramas geométricas, corroboran a las definiciones de los espacios ordenadamente y conforman las formas sólidas constituidas como envolventes virtuales.
Hasta aquí, bien. Pero todas estas composiciones formales, requieren contar entre ellas con un “sistema de circulación”, que permita recorrerlas, porque sin el desplazamiento no se podrían percibir en su totalidad sus propiedades visuales y sobre todo no se apreciaría la relación armoniosa buscada entre sus componentes, vacíos esencialmente.
¿Por qué sistema?:
Porque, requiere orden y racionalidad.
El orden demanda, una secuencia y continuidad cíclica, conformadas desde el ingreso o ingresos hasta el último espacio propuesto en el conjunto, que garanticen su admisión, recorrido y salida de la organización espacial, consolidadas por una jerarquía de ubicación y presentación, definidas por el uso y su connotación perceptiva y por último, con adecuación estructural, sostenidas por elementos que conforman el sistema estructural total principal (esqueleto), teniendo un lugar o lugares específicos dentro de él.
La racionalidad está constituida por las capacidades para el flujo que deban contener cada parte del sistema circulatorio, sin ser mayor a las capacidades de los espacios útiles; de su gradualidad acumulativa y orgánica y de su legibilidad, que oriente al usuario y observador con una fácil lectura de su desarrollo.
Entonces, debemos sintetizar, que estos “sistemas de circulación” tienen sus lugares de ocupación en la trama general de la composición formal arquitectónica, constituyéndose en un todo y parte a la vez del conjunto general; por lo tanto al ocupar lugares, conforman espacios, que mediante sus envolturas definirán volúmenes, que pueden estar mimetizados o expresar su rol francamente.
Finalmente podemos decir, que la presencia espacial y/o sólida de las circulaciones en la composición formal, dependerá de las decisiones que tome el diseñador, en su búsqueda de “unidad de conjunto”.
En la tarea de usar las circulaciones en la composición formal en arquitectura, es imprescindible, identificar los tipos y modos de circulaciones convencionales existentes, que podemos emplear en nuestras composiciones, bases, que nos servirán, para intentar crear otros, en función al avance de la tecnología constructiva y principalmente en base a nuestra creatividad de hacerlas mas racionales y funcionales.
Pueden tener una breve referencia de ellas en los siguientes vínculos, que les permitirán posteriormente, indagar mayor información sobre ellas en la bibliografía existente sobre el tema o a través de las TIC (tecnologías de información y comunicación):
.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario